La Persona del Espíritu Santo
El Espíritu Santo posee todos los atributos de la personalidad: intelecto, emociones y voluntad. No es una fuerza o influencia, sino una persona divina completa.
Intelecto
Conoce los pensamientos de Dios (1 Cor. 2:10-11) y enseña toda verdad
Emociones
Puede ser contristado (Ef. 4:30) y siente amor (Rom. 15:30)
Voluntad
Distribuye dones según su voluntad (1 Cor. 12:11) y toma decisiones
Deidad del Espíritu Santo
Las Escrituras claramente afirman la deidad plena del Espíritu Santo. Es llamado Dios (Hechos 5:3-4), posee atributos divinos como omnisciencia (1 Cor. 2:10) y omnipresencia (Salmo 139:7), y realiza obras exclusivamente divinas como la creación (Job 33:4) y la regeneración (Juan 3:5-6).
Obras del Espíritu Santo
En la Creación y Revelación
El Espíritu participó activamente en la creación del universo (Génesis 1:2) y en la inspiración de las Escrituras (2 Pedro 1:21). Su obra reveladora continúa iluminando nuestro entendimiento de la Palabra de Dios.
En la Salvación
El Espíritu Santo es el agente de la regeneración, convenciendo al mundo de pecado (Juan 16:8), regenerando al creyente (Tito 3:5) y sellándolo para el día de la redención (Efesios 1:13).
Los Dones Espirituales
Los dones espirituales son capacidades sobrenaturales otorgadas por el Espíritu Santo para la edificación del cuerpo de Cristo y el avance del Reino de Dios.
Dones de Revelación
- Palabra de Sabiduría: Revelación sobrenatural para situaciones específicas
- Palabra de Ciencia: Conocimiento sobrenatural de hechos
- Discernimiento de Espíritus: Capacidad de distinguir entre espíritus
Dones de Poder
- Fe: Confianza sobrenatural para lo imposible
- Sanidades: Poder para restaurar la salud
- Milagros: Intervenciones sobrenaturales en las leyes naturales
Dones de Inspiración
- Profecía: Mensaje divino para edificación
- Lenguas: Comunicación en idiomas no aprendidos
- Interpretación: Traducción del mensaje en lenguas
Dones de Servicio
- Apostolado: Liderazgo para plantar iglesias
- Profeta: Ministerio profético establecido
- Evangelista: Unción especial para ganar almas
- Pastor-Maestro: Cuidado y enseñanza del rebaño
Principios de los Dones Espirituales
Los dones son manifestaciones del Espíritu (1 Cor. 12:7), no talentos naturales mejorados. Son dados según la soberanía divina (1 Cor. 12:11) y deben ser ejercidos en amor (1 Cor. 13) para la edificación de todo el cuerpo (1 Cor. 14:12).
El Fruto del Espíritu
Mientras los dones son manifestaciones del poder del Espíritu, el fruto representa el carácter de Cristo formado en nosotros por el Espíritu Santo.
Amor (Ágape)
Amor incondicional y sacrificial que refleja el corazón de Dios
Gozo
Alegría profunda independiente de las circunstancias externas
Paz
Tranquilidad interior y armonía con Dios y otros
Paciencia
Tolerancia y perseverancia ante las dificultades
Benignidad
Bondad práctica expresada en acciones concretas
Bondad
Carácter generoso y noble que busca el bien de otros
Fe (Fidelidad)
Confiabilidad y lealtad en todas las relaciones
Mansedumbre
Humildad y gentileza controlada por el Espíritu
Templanza
Autocontrol y disciplina en todas las áreas de la vida
Ministerio del Espíritu Santo
Ministerio Personal del Espíritu
Regeneración: El Espíritu nos da nueva vida espiritual (Juan 3:5), transformando nuestro corazón de piedra en corazón de carne.
Santificación: Proceso continuo de conformarnos a la imagen de Cristo (2 Cor. 3:18), produciendo transformación moral y espiritual.
Intercesión: El Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles (Rom. 8:26), especialmente cuando no sabemos cómo orar.
Guía: Nos dirige en toda verdad (Juan 16:13) y nos ayuda a tomar decisiones conforme a la voluntad de Dios.
Testimonio: Da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (Rom. 8:16), proporcionando seguridad de salvación.
Ministerio Corporativo del Espíritu
Unidad: El Espíritu es el agente de la unidad del cuerpo (Ef. 4:3), conectando a creyentes de diferentes trasfondos en una sola familia.
Edificación: Distribuye dones para edificar la iglesia (1 Cor. 12:7), asegurando que cada miembro contribuya al crecimiento del cuerpo.
Dirección: Guía las decisiones de la iglesia (Hechos 13:2), incluyendo el envío de misioneros y la toma de decisiones importantes.
Adoración: Capacita la adoración en espíritu y verdad (Juan 4:24), transformando nuestras reuniones en encuentros genuinos con Dios.
Crecimiento: Produce crecimiento cualitativo y cuantitativo (Hechos 9:31), tanto en madurez espiritual como en número de convertidos.
Ministerio Mundial del Espíritu
Convicción: Convence al mundo de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8), preparando corazones para recibir el evangelio.
Restricción: Restringe el mal en el mundo (2 Tes. 2:7), manteniendo un equilibrio moral que permite la predicación del evangelio.
Evangelización: Capacita a los creyentes para ser testigos efectivos (Hechos 1:8), proporcionando poder sobrenatural para el testimonio.
Confirmación: Confirma la predicación del evangelio con señales y prodigios (Marcos 16:20), validando el mensaje apostólico.
Preparación: Prepara el camino para la segunda venida de Cristo, incluyendo el derramamiento prometido de los últimos días (Joel 2:28-29).